Una persona con diabetes puede perder peso de manera significativa debido a varios factores relacionados con el control de los niveles de azúcar en sangre. Esto puede ocurrir especialmente en personas con diabetes tipo 1 o diabetes tipo 2 mal controlada. Aquí hay algunas razones comunes:
- Descontrol de los niveles de glucosa: Cuando los niveles de azúcar en sangre son elevados y no se manejan adecuadamente, el cuerpo no puede usar la glucosa de manera efectiva como fuente de energía. En lugar de ello, el cuerpo comienza a descomponer las grasas y proteínas almacenadas como fuente de energía, lo que lleva a la pérdida de peso.
- Cetoacidosis diabética: En personas con diabetes tipo 1, la falta de insulina puede provocar una condición llamada cetoacidosis diabética. Esto ocurre cuando el cuerpo comienza a producir cetonas (productos de desecho de la quema de grasa) en lugar de glucosa debido a la escasez de insulina. La cetoacidosis no solo puede provocar pérdida de peso, sino también otros síntomas graves como náuseas, vómitos y deshidratación.
- Deshidratación: Los niveles altos de glucosa en sangre pueden causar que los riñones intenten eliminar el exceso de azúcar a través de la orina. Esto lleva a una mayor eliminación de líquidos y puede resultar en deshidratación, lo que también contribuye a la pérdida de peso.
- Pérdida de masa muscular: Cuando el cuerpo no puede utilizar correctamente los carbohidratos (glucosa) debido a la falta de insulina o resistencia a la insulina, empieza a descomponer el tejido muscular para obtener energía, lo que puede resultar en pérdida de masa muscular y, en consecuencia, pérdida de peso.
Si una persona con diabetes experimenta una pérdida de peso significativa, es importante que consulte a un médico, ya que esto podría indicar un mal control de la enfermedad o el desarrollo de complicaciones.